viernes, 14 de junio de 2013

Ángeles Sánchez

                                       Ángeles es la chica que reprende a la fotografa mientras posa.

Fotos de familia

La nuestra es una familia extraña, digna de este museo, lo cual nos supone motivo de orgullo. Adoramos el ámbar como otros veneran a sus antepasados. Hemos dedicado gran parte de nuestros días a coleccionar estos acíbares del destino que hablan de la desdicha de los árboles, del suero de sus tristezas, de la exudación de melancolía en los tiempos en que el sol se convirtió en una nube eterna sobre el cielo de Inglaterra. Nuestros orígenes, no les cabrá ninguna duda cuando vean la colección completa, se remontan a la época en los que los robles y los olmos gritaron al viento su desencanto y el bosque se tapizó de resinas engullendo todo tipo de insectos y plantas. Por ejemplo, en este trozo de ámbar se aprecia una madreselva tratando de expulsar su polen antes de que la lava arbórea la cubra de eternidad. Y en este otro, una rosa salvaje que extiende sus espinas desafiando a la resina, sin éxito claro. Este, de tamaño no superior a dos pulgadas, si se mira al contraluz, guarda las sombras de los petirrojos que cruzaban el cielo justo en el instante de la gran catástrofe. Y, esta magnánima lágrima amarilla que ahora les voy a mostrar, es la más preciada de la colección, la que de verdad adoramos con pasión. Si se acercan, pueden ver al bisabuelo que, sempiterno, nos dice adiós con la mano mientras la bisabuela empuja a su hijo, mi abuelo, fuera de la burbuja y se queda con su chaqueta en la mano.




                     Ángeles Sánchez    -     Mundo en un grano de arena

2 comentarios:

  1. Un micro precioso, en fondo y forma. Como Ángeles.
    Abrazo gigante y arbóreo

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  2. Jajajaja, sí es como: no, que no, que no estoy para fotos. Échate para allá que no se me ve... Qué buenos los pie de foto!!
    El micro, exquisito. Ángeles siempre los cocina de maravilla.
    Un abrazo ambarino.

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